Los coches con etiqueta amarilla serán los próximos vetados en Barcelona

Una vez retirados de la circulación gran parte de los coches sin etiqueta ambiental , el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) plantea dar un paso más allá para seguir reduciendo los niveles de contaminación. Los coches y motos que están en el punto de mira a partir de ahora son los que disponen de la etiqueta amarilla de la dirección general de Tráfico (DGT). Esto es, los diésel matriculados entre el 2006 y el 2013 y los de gasolina adquiridos entre el 2000 y el 2006.

La intención recogida en el Plan Metropolitano de Movilidad Urbana 2019-2024 pone enero del 2022 como fecha orientativa para prohibir su circulación por el interior del perímetro delimitado por las rondas, aunque el vicepresidente de Movilidad del AMB, Antoni Poveda, se apresura a matizar que el calendario es una cuestión que deberá debatirse con los cinco ayuntamientos que forman parte de la zona de bajas emisiones. “Las fechas son un elemento para el debate, pero lo que está claro es que los diésel Euro 4 y Euro 5 son los más contaminantes y hay que actuar sobre ellos”, apunta Poveda.

Uno de cada tres vehículos se verá afectado por la restricción

La futura restricción afectará a uno de cada tres vehículos que se mueven por la región metropolitana de Barcelona actualmente. Los coches con etiqueta amarilla representan entre el 32% y el 34% de la circulación en el entorno de Barcelona, una cifra que en las calles de la capital baja al 27%.

La intención de la administración es que se reproduzca la pauta seguida en los últimos años con los que no tenían etiqueta. Cuando se anunció la creación de la zona de bajas emisiones en el 2017 eran el 20% del parque circulante y a día de hoy apenas son el 3%, siendo además la mayoría de ellos vehículos profesionales que disponen de unos meses más de moratoria hasta que pasen también a ser multados.

La futura prohibición excluirá en una primera fase a los vehículos de los residentes

La restricción a los vehículos con etiqueta amarilla llegará por fases. En un primer momento, en ese hipotético enero del 2022, los residentes dentro de la zona de bajas emisiones que tengan un vehículo de esas características estarán excluidos de la prohibición de circular de lunes a viernes de siete de la mañana a ocho de la noche. La excepción incluye a los vecinos de Barcelona l’Hospitalet, así como de algunas partes de CornellàEsplugues Sant Adrià del Besòs.

En una segunda fase, dos años después, en enero del 2024, se ampliaría la restricción a todos los coches con etiqueta B, sin excepciones, aunque con posibles moratorias para profesionales y otras casuísticas, igual que se está haciendo ahora con las furgonetas de reparto y otros profesionales sin etiqueta que siguen circulando hasta el año que viene.

Los propietarios de los vehículos con etiqueta la han ido colocando en sus coches durante los últimos años
Los propietarios de los vehículos con etiqueta la han ido colocando en sus coches durante los últimos años (Mané Espinosa)

El AMB no descarta durante todo este proceso una modificación respecto a los criterios del sistema de etiquetas sobre el que se sustentan las restricciones tanto en Barcelona como en Madrid para que afectase únicamente a los diésel e indultar a los de gasolina. “Estamos hablando de que serán coches diésel con hasta 20 años de antigüedad circulando, lo normal es ir modificando los vehículos afectados a medida que pase el tiempo”, concluye Antoni Poveda, el responsable político del plan que ha sido aprobado este martes en el Consejo Metropolitano con el voto favorable de todos los grupos políticos excepto Ciudadanos y Barcelona pel Canvi, que se han abstenido.

El AMB insiste en mantener los peajes ya existentes como tasa de congestión

La evolución progresiva sobre la zona de bajas emisiones delimitada por las rondas se complementa con el debate abierto alrededor de la posibilidad de implantar un peaje urbano. Para el AMB, son dos líneas de actuación contra la contaminación paralelas y complementarias, que no se reemplazan la una con la otra. En un ejercicio de realismo, pese a ser favorable a la medida, Poveda reconoce que la tasa de congestión “no se implantará en los próximos tres años y mientras tanto tapa otros debates y actuaciones que se podrían llevar a cabo”.

Una posible solución intermedia que plantea el ente metropolitano es el mantenimiento de algunos de los peajes que hay en los extremos de la conurbación metropolitana: Martorell en la AP-7, Mollet del Vallès en la C-33 y el Maresme en la C-32. Los tres finalizan su concesión el año que viene y la gratuidad de las vías puede convertirse en un aliciente para el uso del coche, con el consecuente aumento de la circulación en los accesos a Barcelona. La propuesta del AMB es mantenerlos como peaje de congestión durante los laborables para evitar ese efecto y, a la vez, destinar los ingresos a financiar mejoras en el transporte público.

Inversión para más carriles bici y nuevos carriles bus en el entorno metropolitano

Todo ello queda recogido en el Plan Metropolitano de Movilidad Urbana 2019-2024, un extenso documento con más de un centenar de medidas que marca la estrategia para los próximos años. Ahí se recogen las actuaciones que corresponden a otras administraciones como la finalización de la línea 9 de metro y la mejora de Rodalies pero también cuestiones que están en la mano de la administración metropolitana, con 370 millones de euros de presupuesto. Básicamente se trata de la construcción de nuevos aparcamientos de intercambio cercanos a estaciones de trencarriles bici que refuercen las conexiones interurbanas entre municipios y actuaciones importantes en los buses metropolitanos.

En ese ámbito se incluye tanto la compra de nuevos modelos híbridos para ganar capacidad y eliminar emisiones como la mejora de la infraestructura con nuevos carriles bus que ayuden a aumentar la velocidad comercial actual, que lastra la competitividad de este medio de transporte. El más emblemático del plan es el carril bus de acceso a la Diagonal a través de la B-23 desde Molins de Rei. Después de décadas de promesas incumplidas, ahora sí que parece que la titularidad de la vía está a punto de ser transferida por parte del ministerio. Para ver el carril hecho realidad, eso sí, aún quedarán dos años de obras.

Via: https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20201027/4947006578/plan-metropolitano-movilidad-barcelona-restricciones-coches-etiqueta-amarilla-peaje-urbano.html

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