Desde el Ministerio de Sanidad se aconseja sobre todo a los grupos vulnerables (mayores de 60 años, personas diagnosticadas de hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedades pulmonares crónicas, cáncer o con inmunodeficiencias y embarazadas, por el principio de precaución) que eviten coger el transporte público. En el supuesto de necesitar desplazarse, es mejor que opten por el coche particular o por los vehículos de transporte unipersonal, ya sean taxis o VTC.
¿Cómo minimizamos el riesgo de contagio si tenemos que coger cualquier transporte público? Lo primero es utilizar el sentido común: hay que evitar desplazamientos innecesarios. Esto se traduce, por ejemplo, en no subirnos a un autobús para ir a un supermercado alejado de casa y en hacer las compras de primera necesidad en el área más cercana a nuestro domicilio. Y si es posible, andando. De esta forma no solo nos protegemos (a nosotros y a los demás) del coronavirus, sino que también estaremos dejando el transporte público libre para quienes en realidad no tienen otra opción para moverse.
Además, ten en cuenta que si bien la afluencia de viajeros ha disminuido de forma considerable tras la declaración del estado de alarma, cualquier mínimo incidente que afecte a la regularidad del servicio prestado por el transporte público (autobuses, metro, trenes de cercanías y medias distancias, ferrys…) puede provocar aglomeraciones durante su espera o en el viaje. Esto, antes de la alerta sanitaria, causaba incomodidad a los viajeros, pero ahora, cuando toca extremar las precauciones y respetar una distancia mínima con el vecino, provoca bastante nerviosismo entre los usuarios.
via:https://www.consumer.es/salud/medidas-proteccion-transporte-publico-higiene.html
